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Hoy, fiesta del Patronato de Nuestra Señora de Ocotlán, exclamamos como Provincia Eclesiástica: "Santa María, Madre de Dios y madre nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos" Nuestra Señora libró al pueblo de una epidemia que afligía a la región, mostrando a Juan Diego, de Xiloxoxtla, Tlax., una fuente de agua ganadora.  Al consagrarnos a ella en este día, le pediremos que nos conceda nuevamente la gracia de la salud, como en 1541. La consagración de nuestra Provincia Eclesiástica Angelopolitanas, integrada por las diócesis de Puebla, Tehuacán, Huajuapan de León y Tlaxcala a nuestra Señora de Ocotlán es un acto de confianza filial: estamos seguros de que Ella, ante la pandemia que estamos padeciendo, intercederá por nosotros y nos alcanzará de su Hijo Jesús la gracia de la salud y de la vida para nuestros pueblos y el mundo entero Consagración de la Provincia Angelopolitana a Nuestra Señora de Ocotlán Puebla – Tehuacán – Huajuapan – Tlaxcala

por qué varía la fecha de la semana santa y el inicio de la cuaresma

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DOMINGO IV DE ADVIENTO ciclo C

DOMINGO IV DE ADVIENTO Sólo villancicos, hay que hacerlo notar al coro. Se tienen encendidas las tres velas anteriores e iniciamos cantando Ven, ven, Señor, no tardes. ENTRADA: Buenos días.  Bienvenidos a esta celebración La Palabra de Dios en este cuarto domingo de adviento nos hace notar a Jesucristo encarnado, que viene dispuesto a ser nuestro sacrificio, para ofrecerse como víctima sólo obediente a la voluntad de Dios.  Recibamos al sacerdote en procesión.  Recibamos a Dios entre nosotros.   El sacerdote dice: Repitan todos: Todo hombre verá la Salvación de Dios. Aleluya.  Aleluya Al encender esta última vela del adviento, pensamos, Señor, en tu Madre Santísima, nuestra Madre también. Nadie te recibió con más alegría Ye sembraste en ella como el  grado  de trigo se siembra en el surco. en sus  brazos  encontraste la cuna más hermosa. También nosotros queremos prepararnos así, en la fe, en el amor, en el trabajo de cada día. Decimos todos: 

DOMINGO III DE ADVIENTO

Deben estar dos velas encendidas.  Iniciamos cantando ven, ven, Señor no tardes... DOMINGO III DE ADVIENTO ENTRADA: Buenos días.   Este tercer domingo de adviento se llama El domingo de la alegría.  Manifestemos nuestra alegría porque Dios está cercano a nosotros. Porque se nos anuncia el nacimiento del Salvador. Porque el Espíritu de Dios está con nosotros.  Porque Cristo el Señor se ha quedado con nosotros en la Eucaristía.  Y porque el Señor nos toma en cuenta para compartir la alegría a nuestro mundo.  Bienvenidos a esta celebración. El sacerdote dice: Repitan todos: Todo hombre verá la Salvación de Dios. Aleluya.  Aleluya Nos alegramos, Señor, por tu próxima venida y nos alegra saber que Tú nos has llamado a la fe, para  ser luz de esperanza y gozo para nuestros hermanos.  Queremos consagrarnos hoy, como familia, a ti para animar a los hermanos desanimados o desesperanzados en sus problemas para que dándoles a conocer tu próxima venida ellos tengan

DOMINGO II DE ADVIENTO

DOMINGO II DE ADVIENTO ENTRADA: Buenos días.   El domingo anterior encendimos la primera vela de nuestra corona de adviento.  Ahora, mientras recibimos al Sacerdote celebrante repasemos en nuestro corazón cuáles son las necesidades que tenemos y qué queremos cambiar en esta temporada antes de la navidad. Qué podemos comprometer de lo nuestro a fin de alcanzar lo que nos proponemos. Bienvenidos a esta celebración dominical. (sigue la precesión de entrada y cuando el sacerdote ha besado el altar se continúa de esta manera): Ahora vamos a encender nuestra segunda vela. CELEBRANTE: Señor Dios nuestro, sabemos que confías en nosotros, confías en que podamos cambiar y poner en tí toda nuestra esperanza aunque otras veces hemos puesto nuestra confianza en las cosas en las personas, en nuestras equivocadas formas de pensar. La fe nos ilumina para que no andemos en la oscuridad y pongamos nuestra esperanza en Jesús que no nos defrauda. Los profetas mantenían encendida la es

DOMINGO I DE ADVIENTO CICLO C

DOMINGO I DE ADVIENTO      CICLO C Advertencia.  Advertirle al coro.  Hoy vamos a iniciar la misa en silencio.  la procesión de entrada va a ser en silencio y mientras se enciende la primera vela, el coro cantará Ven, ven, Señor, no tardes. ENTRADA: Buenos días.   Iniciamos un nuevo ciclo litúrgico, ahora seguiremos el evangelio de Jesucristo según san Lucas e iremos experimentando la misericordia de nuestro Dios. Nos hemos metido en muchas dificultades, de las que nos cuesta mucho salir.  Por eso es que le pedimos a nuestro Padre Dios que nos ayude a transformar nuestras vidas.  Estas ceras que vamos a ir encendiendo cada semana simbolizan la luz de Cristo que viene a nuestro encuentro y que se impone sobre la oscuridad de nuestro pecado. Mientras el sacerdote se acerca al altar, reconozcamos en silencio cuánta necesidad tenemos de ser iluminados por la Palabra y la Verdad de nuestro Dios. El sacerdote dice: Llenos de esperanza en tu venida, tu pueblo, Señor, ha pre

El Papa nos pide rezar el Rosario en el mes de octubre

El Papa nos invita a rezar el Rosario. Es cierto que nuestra Iglesia tiene hoy muchas debilidades.  Es cierto que nosotros mismos padecemos muchas injusticias y también que las cometemos.  Qué hacemos por nuestra Iglesia, nos hemos preguntado y cuál es la respuesta.  Es cierto que necesitamos instrucción religiosa, evangelización; que necesitamos comprometernos todos para crear un mundo más humano, menos indiferente ante las situaciones de abuso que hay, situaciones de desprecio a la naturaleza, a los animales, a los pobres, a los emigrantes, a los que nos necesitan. Pero hay que preguntarnos, de dónde vienen todos estos males y todas las acusaciones contra la iglesia, contra nosotros mismos, contra sacerdotes, contra el mismo Papa.  El Santo Padre Francisco nos hace conscientes de que todos estos problemas tienen una causa común, son el resultado de la maldad humana provocada por el acusado, el diablo.  Que no es algo de juego, que estamos experimentando la realidad de su existenci